DOS TERCOS QUE NOS ENTREGAMOS...
Tuvimos la fuerza incorregible de dos tercos que nos entregamos pensadamente a esa lucha candorosa y tierna que nos lleva a un mundo cada vez menos conocido, cada vez menos explorado pero cada vez mas dulce mas adicto; y aun inconformes nos conformamos cada momento en que somos uno, uno el que te acaricia y besa con la lentitud del cielo en el albor de la noche cuando se pobla de estrellas, uno el que te besa con la pasion descontrolada de la soledad y deja la huella eterna de un ¡ te quiero ! que desesperadamente se aferra mas y mas, y nuestra fuerza sigue luchando hasta desencadenar una explosion de deseos perversos que saborean la miel de nuestros encantos y se desata la multitud de ayes simetricos alineados bajo una lluvia de tentaciones cada vez mas jadeantes cada vez mas sinuosas mas amantes mas complices; y nuestra fuerza sigue galopando al compas de nuestra ritmica letania de mordizcos y de abrazos, ya estamos diseminados en una constelacion de pecados y de locas travesur