Acabo de recordarte.
Tú eres en un enjambre de quereres,
la mujer que sobresale.
Eres tierna y frágil, corazón abierto
y amor en carne viva.
Nadie ha podido comprenderme
y aunque soy muy complicado,
tu ternura me ha ganado.
Ahora y siempre te amaré
en mis quehaceres,
en mi silencio y mi pena,
te amaré con energía
y al menor dolor que sufras,
mi dolor será tu calma
porque entre todo querer,
tu serás amor de mi alma.
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