Ya atardece como tus ojos
cuando están tristes
y no hay palomas
que encanten tu sonrisa.
Y cuando la noche llega
no hay luceros en el cielo
solo tus ojos bellos
vuelan a cobijarse en la luna
y hay música en tu mirada
y tus manos se deslizan por el cielo
y tus besos son estrellas enamoradas.
Una sinfonía divina
sueña en tus brazos
mientras un séquito
de nubes encrespadas
semejan carruajes de colores
y tu radiante hermosura
pasea infinita sobre un corcel
de flores.