Solo taciturno inmolado
escuchando preludios de Bach
los segundos parecen ruletas
que me van a sentenciar
Escribo, mentira tecleo
no están tus ojos
y los mios reflejan soledad
muletas con las que avanzo
Es la misma hora de siempre
el mismo teclado inerte
y seguro que esta la misma gente
atrapada en su propia realidad
Escribo sobre la fuerza del sonido
que avanza como viento sobre mi
ignoro si será mi último día
o el comienzo de un nuevo existir
Los segundo ya no son ruletas
son engaños alegrías ausentes
fugases y tocatas de un mudo violín
son horas de llanto cansadas de existir.