Hoy no quise escribir,
ayer tampoco.
No quise mencionarte
y menos saber de ti.
Mañana tal vez volverá
mi rima no para escribirte
sino para olvidarte.
Ahora que la tarde fría
añora el calor de las aves
que emprenden su vuelo
y dejan tibio el firmamento.
No quiero mencionarte,
pero hay una fuerza
multitudinaria que lo impide.
Parece que eres mi propia vida
y quizá mañana mi propia muerte.
Regresa-te de mi mente
y busca refugio en los vientos
o en las rocas que golpean las olas.
Vete que ya no existe tiempo.