A la hora del alba
la niebla hace frío
y a lo lejos
un prado verde
como verde río
verde como limón
y diviso desde el frío
como va caminando
el sol sobre el rocío
y unos ojos divinos
se van lentamente
abriendo
al ritmo de mi delirio
mientras palomas de plata
emprenden su eterno viaje
pienso en
los ojos divinos
que se pierden enamorados
en mi camino.