Y te fui buscando
como el labrador,
que busca la tierra para engendrarla.
No estas o quizás te encuentras,
en los siete mares dispersada.
Día y Noche tu silencio me acompaña
y el susurro de tus labios son ausencia.
Llegaste un día cualesquiera,
resentida y callada.
Tus ojos de eternidad fue el paraíso
donde me refugie.
Sin embargo te fuiste tenue
y distante.
Ahora que estoy pensando en ti,
necesito una ráfaga de tu luz.
Para encontrarte.
Buscaré en los océanos,
allí donde un día iluminada brotaste.