Una vez
cuando andube
masticando ilusiones
y como copos de nieve
te vi pasar,
una vez que llevabas
en tus labios,
los besos
que el tiempo
te pudo dar,
me sentí atormentado
y en busca
de refugio salí a caminar.
No soy culpable
de tu desventura,
el amor
como el caminante
se hechan al andar
y no vuelven atrás,
sus huellas
incrustadas por campos
y valles siguen adelante
no pueden parar.
Los besos del tiempo
entristecen el alma
esos si regresan,
no dejan jamás.