A la memoria
de una desmemoriada
medio loca,
que hízo con
sus ocurrencias,
millones de dudas
y que puso en mi camino,
sólo dolor
y nunca tuvo tino.
A ella le dedico
una oración,
para que piense mejor
y no viva de la duda
tampoco de la obsesión,
y sí acaso de la ilusión
que es mucho más bonita.
Quiero que sepas
cielito,
que si entrastes
en mi vida,
fue porque te quería
y aun te sigo queriendo,
aunque sea en mal momento
pero de amarte
no me arrepiento
y aunque loca
y desmemoriada,
tampoco lo lamento;
me olvidaba,
contestona y atrevida
te crees muy engreida,
pero lo dejo ahí
a no ser que te convierta
como el chili igual ají.