Cuando el día y su luz
en mis manos ausentes
reverberan los ecos
de los silencios que se agrupan
en torno de las hojas caídas
el fuego del sol las acaricia
y el viento atenúa sus secretos
convirtiendo en oro las hojas
Ojalá que llegue la lluvia
con su murmullo de besos
que llegue sin luz ni fuego
y sacie la sed de este dia
que lentamente se va vistiendo
de gris caricia y tenue acento.