Te evoco triste
razgando los recuerdos
que a manera de nostalgia
infinita me hace triste
como las mañanas otoñales.
Tienes la edad de los campos
verde olivo
que simulan la niñez del trigo
y la inocencia adolorida
de los pobres de mi patria.
No musitas como antes
la melodiosa aroma de tu palabra
y tu mirada fulgurante
convertida en llanto
ya no hace la luz donde todo era armonia.
Caminas como paloma herida
sobre nubes
y a tu paso las veredas tiemblan
como tus labios y sollosan
los tibios besos
que ahora guardas
en el cofre de tu encanto.
Vuelve te lo piden
las miradas que se asoman
como un coro religioso
que sostiene reverente
una canciòn horizontal
y una cadena de manos
acarician tu frente.
(Hoy recordando al hermano ausente)
