Tengo entre mis dedos una pena
que camina conmigo todo el día
me pesa como cadenas de plomo
que controlan mis pasos amigos
Esa pena que mis pies soporta
es raíz de mi tierra prometida
que aún vuela entristecida
aguardando que entre en el olvido
No puedo quitármela de encima
ya atravesó la fértil corteza
y mi tallo está perdiendo vida
hay luz mortecina en sus pupilas
quizá sea la savia de mis versos
Avanzo lentamente confundido
bebiendo la sangre de su herida
no dudo que refresca hay alegría
y mañana seguiremos caminando
sonriendo a la tierra prometida.