Soñaba mecerme en la luna
bogar sobre luminosas maderas
del crepùsculo
y escapar presuroso del sonoro rio,
para morir abrazado de algas.
Fue preciso hallar huellas
de làgrimas
en las amapolas,
para que mis pupilas
dialogaran con los niños
y mi traje de adolescente
recogiera las cenizas de la luna.
Hoy sinembargo,
sueño con el silencio
escondido bajo la luna
y con los eternos barcos
que me invitan a sus viajes,
bajo la lluvia
y me llevan a lejanos lugares,
donde moran los amores
en la profundidad del ocèano,
radical y torpe
y siento el sonreir de las ilusiones,
mientras la suavidad de tus manos
recorren mi cuerpo
y dejan la huella del encanto.