Mi silencio nació un día de Octubre
cuando el viento mitigaba un beso
y una caricia a la noche.
Nació tenaz como las aves
con ganas de volar.
Mi silencio no fue un árbol
menos un bosque.
Mi silencio fue un grito
en el olvido, una canción muy triste
a la deriva de los cielos.
Mi silencio fue una rosa con pétalos de pena
y sin regar.
Mi silencio no fue presuntuoso
no mordió ni masticó
y sin embargo creció y está muriendo.
Mi silencio se esconde en todas partes,
en la oscuridad y en la claridad de una mañana
sin alborada.
A pesar de todo mi silencio
poco a poco creció
y ahora musita el nombre de una mujer amada.
Mi silencio siempre será un día cualquiera,
un beso al viento que aún sigue volando.