Tú mujer aquella
que pasa por mi lado destellante
que tiene los ojos de estrellas
y la costumbre de ser bella
No olvidare tus quebradas
ni los cerros empinados
que por mis labios pasaron
ni el pozo de agua viva
que de la sed me saciaron
Tampoco se irá de mi
el aroma de tu cuerpo
la frescura de tus labios
ni el fuego de tus entregas
En donde estarás amando
entregando tu belleza
que pastos están sintiendo
los acordes de tus besos
y el temblor de tus cerezos.