Estoy entre la espada
y la pared,
entre ti y la estupidez
entre la torpeza
y la razón,
se lo que debo hacer
sinembargo
prefiero esperar
tu desición,
a ver si te ayuda
el corazón
o prefieres mejor
el pensamiento,
te juro
que no lamento,
cada vez que
tu decides,
solo
sonrio
irónicamente,
pues lo que decides
siempre es reducido,
más que puedo hacer
si nacistes asi,
con las neuronas
en los pechos.
y la razón
en tu corazón,
aunque no descarto
que decides
con los pechos.