DEMONIO DE MIS SUEÑOS
Dime tú que callado me observas,
demonio de mis sueños, mi mal sueño de amor,
dónde el sentido perfecto que la vida no tiene,
adónde se subliman tantas iniquidades.
Dime dónde estas tú, ánima pura,
para besar tu faz y adormecerme
en un sueño lascivo.
Vengo de nadie y voy, tras mi silencio,
mirando incrédulo el Universo,
moribundo de sol, hasta enterrarme.
Ahíto de respirar el aire que me ahoga,
cansado de escucharme, yo te imploro:
¡ven pronto espía de la nada!
Estréchame en la curva perfecta del olvido,
donde el tiempo no cuenta,
y méceme, ligero, con un negro aire
que lleve mi conciencia donde no quede na
die.