A la hora de siempre y por siempre
estaré fijado en el teclado
para acariciarte toda y sentirte toda.
Estaré aproximadamente fijo y cruelmente
relegado y presente, pausado y ausente.
Estaré visitando tus ojos
y tal vez tus labios rojos
o quizá solamente tu recuerdo
visitare tus anchas nostalgias
caminando por las avenidas del tiempo.
Estaré dibujando en tus mejillas
el paisaje lubrico de mi alma
que como rosa sin espinas
quedara grabada en tu mirada.
Hoy y siempre vengo a regalarte
mis secretos... bébelos como agua viva
que saciara tu sed como caudal de rió
que avanza raudo hacia
el océano de tus ojos.