Por el sendero de tus piernas
te busque y encontré, Diosa del amor.
Desnudo como tu y comi de tu arena
y jamás me sacie.
Guerrero me convertí en aquella
enmarañada muralla olor a rama.
Bebí sediento el licor de tu huerto
y me alimentó el fruto meloso de tu cuerpo.
No quiero irme fatigado a casa.
Quiero quedarme en la ladera de tus entrañas
y seguir alimentado de ti creciendo sobre tus senos.
Quiero soñar que llego a ti, soñar que me voy.
Camino por tus gluteos, me desespero
y luego muero de tanto placer.
Gota a gota te voy bebiendo,
pedazo a pedazo te voy comiendo.
Eres mi trago de vida, mi comida.
Eres mi libertad, mi libertinaje
y por siempre serás mi cárcel.