No espere una respuesta,
no existía la necesidad de ello.
no existía la necesidad de ello.
Sin embargo de pronto
como de manera automática
me dijiste y ahora qué?.
Intuyo que habría muchas cosas
para conversar sobre mi ida.
Necesitaba seguramente
tu desazón y sobre todo tu molestia.
No pensarás tal vez retractarme,
porque sabes muy bien que cuando decido algo
no regreso, sigo hacia la senda fijada
y no me quedo estacionado ni para voltear la cabeza.
Ahora es mejor que tu elocuencia,
tal vez tu deseo de saber como siempre
mis razones las contestes tú,
en silencio a sorbo de penas.