Los tejados de las casas están solos
y sobre ellos cae las tardes las noches
y los días con sus viejas rutinas y alegrías
A ellos acuden algunas aves tristes
que se posan sobre el dolor de los recuerdos
allí las aves oran su silencio
y junto al silencio acarician sus alas
y de vez en cuando se ponen a cantar
¿ de donde vienen estas aves tristes
y a donde se van en la noche perpetua?
¿ que tristeza las lleva hacia la bruma
donde ascienden como queriendo morir
a la altura de su impulso?
Ahora que veo los tejados azulados
me invade la nostalgia y me trasmuto
a conjugar los sentimientos
a esperar sin prisa el beso de la lluvia
y salir a volar como pájaro al viento
cargando mi libertad y sintiendo
con más ímpetu el latir del tiempo.