No hay misterios
que robarle a la noche
ni deseos ignotos que gozar.
No hay luceros no hay ilusiones
todo bajo el cielo es concreto
es tierra y muerte es alegría y dolor.
Todos los días tienen un hoy
toda vida un final todo final un adiós.
No hay tiempo para pensar,
no hay tiempo para amar
la rutina nos consume somos fuego
sin apagar.
Fugaces nuestros momentos
sin plenitud de vivir
el mañana es un ayer y el ayer un hoy.
Nuestra meta lejos esta
y aunque el camino sea claro
de que nos vale llegar.