Hay que irnos allá donde no estemos
y la luz del sol no exista
y las sensaciones sean un sueño
y la palabra se encuentre silenciada
donde a cada rato nos riamos y cantemos
lo que nos de la gana y tu y yo seamos garabatos.
Hay que caminar y llegar a prisa como toros
a coger nuestras risas o privadas intensiones.
Dejemos a la vera del camino un pasado
que aun sigue presente donde el frío egoísmo
nos asfixie y a centímetros de nuestras
narices caigan los soñadores
aquellos que hicieron de la vida mierda
y de la mierda todo y de todo nada.
Corramos a cosechar indiferencias
a que la tierra nos enlode
y mañana estemos sepultados para siempre
respirando muerte y sudando lloros.