es el adolorido camino de quienes jugamos como niños sin juguetes, somos víctimas de nuestros desalientos, somos ciegos porque nuestra mirada está en los ojos del viento, mirando tal vez si existe tiempo o quiza
mirando a Dios;
todo terminó en el apretado mundo
que me impuse, un mundo sin odio
sin rencor, un mundo con capacidad de amar y pensar en los sufridos,
en aquellas caritas tristes
que duermen el frio,
de la indiferencia de la hipocrecia,
tal vez seamos sepulcros blanqueados,
llenos de maldad de envidia y de odio,
tal vez jamás se verá nuestra inmundicia,
llevaremos a cuestas una cruz sin calvario,
quizá se nos crucifique con clavos de olor,
pero algún dia pagaremos con olvido
toda la terrible masacre que cometemos a diario,
quizá al final de lo que somos
nos atreveremos a decir ¡ adios !
(AGRADECIENDO SIEMPRE A QUIENES ALGUNA VEZ ME LEYERON LES DIGO LA FRASE QUE LA LLEVO CONMIGO: "QUIZÁ AL FINAL DE NUESTRA VIDA, LEJOS LA META ESTÉ, PERO EL CAMINO ES CLARO").