Conjugame
el vermo morir
en tiempo presente,
para que los claveles
de tus ojos,
musiten el grito
de la eternidad divina.
Conjugame
el vermo morir,
en tiempo futuro
para que tu boca de fuego,
incendie la tierra,
y haga florecer
la nueva vida.
Conjugame
el verbo morir
en tiempo pasado,
para que los olvidos
se marchen
en rondas de sueños,
en barcos de engaños
y en noches de nada.