23 enero 2025

MIRANDO EL HORIZONTE

La noche se ha vuelto más pesada, 
y la oscuridad alcanza su punto más crucial. 
Todo en este momento es silencioso, 
absurdamente silencioso, 
devastadoramente silencioso. 
Este periodo de penumbra ha sido complejo 
y abrumador; mi cuerpo no ha encontrado descanso 
y mi mente ha vagado de una a mil posibilidades.

Ha sido una noche larga, 
repleta de incertidumbre, 
pero la esperanza está a unos minutos 
de aparecer en el horizonte, 
trayendo consigo la luz que tanto necesito. 
Una luz que hará retroceder toda oscuridad, 
iluminando nuevas posibilidades 
y formas de ver el presente. 
Incluso mostrará, a lo lejos, 
nuevos senderos para un cambio des estación, 
de sentimientos y pensamientos, 
los cuales, con fe, transformarán 
esta triste y desesperanzadora realidad, 
que, aunque efímera y actual, 
se siente eterna y en decadencia.

Aquí estoy, pues, dirigiendo mi mirada 
al horizonte, en medio de una oscuridad profunda, 
una que, gracias al misericordioso cielo, 
está llegando a su fin. 
Solo espero con paciencia un nuevo
amanecer, entre sombras y luz, dentro y fuera de mí.