“(…) nos parecemos por nuestros
silencios y ausencias.
Y, por qué no decirlo, también por las desgracias
que bebemos de la savia de los días
y contra las que tan difícil, tan agotador
es luchar cuando la juventud se aleja y,
con ella, la fuerza que dan la insolencia
y la indiferencia.
Sí, estoy cansado, lo reconozco,
pero no lo bastante para dejar de querer
a quien me hizo vivir en amor
y con voluntad de ser yo
La ausencia se llevara todo.