Francisco Córdova GuzmánNombre: Francisco Córdova GuzmánLugar: LIMA-PERÚFecha de aparición: 21 de Junio de 2008Comentarios: Aquí.
POEMASPor tiFrío abismoEl bosque de marfilTriste condenaEl dolor, siempreMaldita luchaFría soledadTras la lluviaAntiguo dolorRecordar la tristezaRecuerdos de dolorCarne y fuegoSin nadaRosa doradaPOR TI. Por ti hendiría el cielo y arrancaría para ti sus estrellas. Por ti esculpiría en las nubes tus deseos. Por ti reviviría mis recuerdos y mis penas. Y por ti dejaría de amarte y por ti te olvidaría.
FRÍO ABISMO. La luz se aleja y dispersa mientras él cae hacia el oscuro abismo .Aún consciente aguanta la respiración, pero la presión le hace perder el conocimiento, el peso de sus piernas lo arrastra hasta el infierno azul. Maldice su destino, pero no sirve sino para perder más oxígeno. La presión le exime del mareo y le trae dolor, un dolor insoportable aumentado por el frío del abismo. En el negro fondo se pierde el rastro de su último aliento y su cuerpo, cae hacia la oscuridad.
EL BOSQUE DE MARFIL florece al primer día de primavera, el bosque sumergido de blancos pétalos, la luz se refleja en las praderas marfileñas y en los calizos y milenarios robles. Miles de semillas multicolor arrastradas por el viento cuyo nombre el frío arrebata, y que arrastra hasta los prados de blancos pétalos que florecen sobre el dulce mar.
TRISTE CONDENA. Lágrimas que corren por ríos, que manan de las entrañas de la tierra, donde la triste diosa recuerda su pena, donde desde hace milenios cumple condena. Encerrada en su celda de cristal donde muere todo su mal, donde su poder y pecados se purifican en el purgatorio de cristal del que algún día anhela escapar, triste condena de cristal sepultada por roca y olvidada por siempre.
EL DOLOR, SIEMPRE. Duerme, pero el abatimiento le despierta, sueños dolorosos atraviesan su cabeza, el dolor de cientos de vidas, cientos de lugares, recuerdos perdidos que regresan del olvido y le arrastran a la locura. Abre los ojos, huye del horrible sueño y en olvidar pone todo su empeño. Cierra su mente al dolor, le invade el egoísmo legítimo, ajenas a él todas aquellas desgracias. Pero en cierto modo se arrepiente, se arrepiente y desea conocer más, ellos merecen el ser recordados, todos aquellos con los que soñó, cuyo dolor traspasa el tiempo y el sueño.
MALDITA LUCHA. Néctar de necios en pozos de sangre. Paz obtenida de la nación abatida. Guerras sin fin por expulsar al envidiado. Todas imitación burda de la primera patética lucha de dos hermanos por un plato de comida.
FRÍA SOLEDAD. La soledad lo rodea como una roca que aprisiona sus manos y hunde en el olvido su mente. Una soledad que no desea,pero todo lo conoce. Y por miedo y vergüenza desprecia la compañía de quienes hacia él muestran indiferencia. Atrapado en esta fría soledad,esperando la luz que penetra entre las grietas de la dura roca.
TRAS LA LLUVIA. La lluvia que cae y el viento arrastra y los muros de esta realidad desgasta, en la noche que la aurora quiebra la unión de cada mundo se celebra; el pesar, el saber y el sentir que cada mundo puede ahora percibir acampa libre entre los seres de este extenso existir. La noche de las verdades de todo tiempo, no oculta por mentiras ni lamentos, la libertad de todo mundo por conocer todo lo horrible y lo bello que el universo tiene que ofrecer.
ANTIGUO DOLOR.La terrible culpa del pasado, como cicatrices los pecados en la carne marcados.Terrible el recuerdo de un daño que no se puede comparar al futuro ni al actual. Un daño olvidado pero aumentado por el cruel tiempo, un pecado eterno que condena en el temido futuro y en el pasado eterno.
RECORDAR LA TRISTEZA. Recordar la tristeza, la tristeza que viví en esta tierra; los tristes recuerdos que se desdibujan en el tiempo en el antiguo tiempo de inocencia. Un tiempo aún no tan lejano, tantas veces añorado, poco más de una década me separa de los seres antaño amados. El dulce recuerdo. Recuerdo de la tristeza olvidada, desechada por la mente y ahora desplazada por recuerdos de inocencia.
RECUERDOS DE DOLOR. Recordar mil hazañas vanas mil pecados, mil batallas, mil campañas fracasadas. Recordar todo daño hecho que me hace mirarme con desprecio. Los dolorosos y vacíos recuerdos de daño lejano e irracional, pecados que salpican una falsa inocencia. Dolor que surge entre el confuso recuerdo. Mil lágrimas sobre el tiempo derramadas, mil sueños rotos, mil pesadillas hechas carne, mil años de tormento en el futuro que aguarda a mi recuerdo.
CARNE Y FUEGO. Sus manos se entrelazan, sus labios se tocan, bajo su piel palpita la voluble esencia de fuego; bajo sus dedos placidamente descansa la textura de la seda; dentro de sus mente se enturbia la forma de la carne y en su corazón reluce la fuerza del mundo. Tras sus palabras se esconde el recuerdo del pecado y en sus ojos reluce el deseo del perdón, bajo la piel de seda, una carne de piedra y bajo esa carne, la esencia del fuego. Ambos olvidan la esencia, la textura, la forma y el recuerdo, quedando sólo la voluntad del placer, la verdad de lo material y presente y el odio al ayer y al mañana, el deseo del momento eterno, que perdona y olvida todo lo pasado e ignora y desecha todo lo futuro.
SIN NADA. El cansancio que no cesa, los huesos y tendones que se quejan; el frío que hiela la carne y la sangre y el hambre que atraviesa como cientos de alambres. La única compañía de su más fiel amigo, que se acurruca junto a él para protegerse del frío. Contempla la noche sin maldad, hasta ver amanecer el mundo sin dignidad, porque nada tiene pero nada quiere de este mundo de crueldad.
ROSA DORADA. La verdad, la rosa dorada de un millón de espinas, de aroma embriagador y pétalos blancos y mortecinos. Valor sobre los demás valores, grandeza, sobre vida, mal y muerte, grandeza sobre el bien, placer y belleza. Valiosa como la justicia, junto a la cual florece y como ella, nadie realmente conocer merece.