Al fin llego
moribundo de sed,
no encuentro el agua
y la deseo tanto,
ya no navego
en tus labios
y tus besos
estan secos,
quiero y puedo
enontrarme
amarme
y soñarme,
como los pajaros
que se elevan
besando el aire,
como la lluvia
que va dorando
el trigo,
aun sigo
extendido
con la mirada
en tu larga
caminata,
ya no hay afanes
que maltratan
la sinfonia
de tu risa
y mi pensamiento
se detiene
en el momento
que un pajaro
se besa enamorado,
mientras sigo y prosigo
como si todo
no hubiera cambiado.