Después de verte te recordé tanto
como quizá el cielo recuerda sus luceros
y quede taciturno añorando tus consuelos.
Después de tanto tiempo escuche tu voz
sentí tus manos acariciándome
guste tu boca de estrellas besándote.
Donde estuviste acaso en el fondo de la tierra
como raíz bebiendo el agua viva de todos los encantos?
Mientras yo absorbía el aroma de tu pelo
y quedaba extasiado amándote en tu cielo.
Te recuerdo plena libre e irresistible,
pisando tierra firme amando en la nostalgia
riendo en el silencio anclada en mis océanos.
Tengo ahora la sensación de tenerte
de abrazarte fuertemente y de impregnarte en mis manos.
Volverás a la misma hora de hoy leve y buena
para dejarme la huella de tus labios
los silencios de tu entrega y la nostalgia de tus sueños.
Ahora sumérgete en la tierra donde habitas
junto al agua cristalina donde Dios lava sus manos.