Ya no puedo más
siento el llanto de niños
que se sujetan de cordones,
mientras los fusíles
disparan
sobre sus cuerpecitos
y en el silencio
hecho de dolor y sangre
se siente una música
que rompe el corazón;
mientras por el cielo
las palomas profundas
gritan desgarradoramente
y las rosas dirigen su oración,
la tarde se estremese
y mi guitarra
desplegada al viento
entona una canciónn
a ver si los asesinos
se sonrojan
pero no!
el viento raudamente
pasa burlandose de todos
como pasan los años
dejando en nuestras almas
un sabor a Dios,
hoy fue un dia de duelo
y las aves dibujaban
esqueletos de sol
y mi poesía adolorida
sigue temblando
como hojas
y va cayendo lentamente
como capote en la arena,
donde aún la sangre
huele a hierro
y salpica en las entrañas
de Dios.