Como el hombre
que detrás del cadáver
de su infancia
agota la mirada
sin lágrimas
en actitud de nostalgia
reclino mi alma
y mi fe perenne
enciende sus luces
como la palabra inventada
que nació de mi nombre
y así dialogando
con las pequeñas brumas
habré de sepultarme un día
cuando el rito del polen
haya fatigado mi sombra
y las estrellas escriban
un poema al mar.