en la ventana virtual de mis ilusiones,
y de pronto siento
cual ráfaga de calor,
penetrar en mi cabeza
un andanar de emociones,
que cruzan velozmente
por el espacio sideral de mis pasiones.
Ahí estabas tú
jugueteando,
con la ternura inocente
de un mañana de Abril
y tu sonrisa,
como cascabeles de niños
se perdía en el azul de mis sueños,
extensa tu inocencia
se fue volando,
como vuelan las aves
hacia un paraíso jamas soñado.
La calma regreso
desde un lucero apagado
y se incrustó,
como espina de rosas dentro de mis venas
y ahora jugueteas,
recorriendo mi sangre
a media luz,
con esa carita tan bella
de niña buena.
Mas ahora
que perteneces a mi vida,
la convertiste en música
en el pentágrama de mi pena!