Lejano o ausente,
me atrebo a decirles
que no quiero,
la distancia para mi
es ese espacio,
celebrado de emociones
por donde nuestras acciones,
llegan casi al morir el dia.
Prefiero la ausencia temeraria,
de los engaños tràgicos
porque al fin sabrè,
que existo en otro espacio
y vivo al fin rodeado de ilusiones,
que se ejecutan en segundo plano
como las aguas de los rios,
que suplicantes
nos refrescan las manos.
Asi comienza mi historia,
señida de actos milenarios
donde la alegria es pesadumbre,
si nos colgamos una piedra en la cabeza,
ya no pensaremos en los cactus
ni en las rosas,
pues harto estoy de mirarlos
sin tocarlos,
al menos si se pueden tocar
los cabellos y acariciar,
a una mujer soñada,
aunque jamas sintamos nada.