Amo las calle tristes
aquellas donde nací
amo todas sus casas
y las veredas grises
por donde pase
Amo las pistas
de invierno vacías
amo las voces amigas
la caricia amable
que incrustó valores en mi
Amo la soledad
azulada de navidades
inciertas sin regalos
sin manteles con abrazos
sinceros y risas por doquier
Amo la voz taciturna
de mi padre
la esperanza de mi madre
forjada con dolores
en un mañana sin hiel
Amo aquel amor sincero
caminando entre luceros
y su voz infantil
Amo el eco de las voces
que ayer fueron niñas
y hoy día no se
Amo las mañanas doradas
de colegio y de recreo
el examen de ayer
Amo los jardines sin pasto
en los que jugué
Amo las calles tristes
por las que nunca más pase
Amo y seguiré amando
la humildad de la gente
aquella con quien me forjé.