07 enero 2009

OTRA NOCHE EN EL CAFE

Otra noche en el café,
mirando los dedos de la gente
jugando con mi rolex,
dé repente,
platicando contigo suavemente.
Otra noche en el café,
siempre con mi americano y
sin azúcar,
soñando despierto
o tal vez adormecido,
por su sabor a Valium
o a mujer.
Otra noche en el café
ya solitario,
con ganas de seguir
mirando gente
y atraparme sin querer
en mi cuchara,
saboreando
la amargura de mi rolex.
Otra noche en el café
y pensando en cada bobada
que de pronto,
llega una vieja amargada
como café capuchino sin azúcar,
pero sigo tomando otro café
ya no fumo,
ni siquiera un cigarrillo
y mi boca quiere gritar
y se comporta.
Otra noche en el cafè,
viendo la entrada de la gente,
unos piden un wiski a las rocas
y otros un té,
para dárselas de ingles,
que repelentes.
Otra noche en el café,
sintiendo mis labios
exquisitos,
si lo digo con vanidad
tal vez pero es verdad,
ninguno tiene mi boca
ni mi barba,
ni tampoco mi labia infinita,
Una noche más en el café,
vaya que mi rolex
se me agita,
los segundos parecen eras,
y sus horas de verdad
me desesperan,
quiero más café en esta noche,
de pronto entraría a la internet
a joder a la Sandra,
al Bonifacio,
ver tal vez a la Gata o
a la Dana echando cada puteada,
pero lo mejor sería entrar
y ver a la mamerta y sus ojitos,
sentir su dulzura incomparable
de chamaca buena y apreciable,
pero no, hoy no entro ni de vainas,
hoy quiero otro americano
saborearlo no solo con mi lengua,
también con mi cerebro
de peruano.
Son la una de la madrugada,
en mi rolex
aún con vida hispana,
me tomo otro chafé
y hasta mañana.