Las mañanas de Mayo
meten su estilete de frio
sobre tus manos
y se enreda en tus dedos
y sube a tu cabello virtual
y luego baja a tus caderas
prologadas de viento;
tengo ganas de ti
en la lejana sonrisa
de la distancia olvidada
donde fueron desterradas
tu soledad y la noche huraña;
trato de recordar
aquella silueta dibujada de sol
donde el pico de un pajaro
esculpio una boca llena de besos;
tus ojos estremecidos
soñaban con orgasmos de flores
y tu piel dorada se refugiaba
abrazada de mi;
supe que te amaba
mas alla de las horas
y mientras busco tu cuerpo
y tu memoria
veo una herida que sangra
en tu corazon abierto por la pena;
alientas mi vida como el fuego
a esta noche resbalada en hielo
enciendes lentamente
la nueva luz de mi mundo
que lucha infatigablemente
por mantener la oscuridad
a costa de un beso nubil.