Ando por las calles fenecidas del tiempo,
alli por donde algúnn dia te encontre
y es tan nostalgico estar,
que en mis manos hago vida al andar.
No tengo dolor
ni sufrimiento,
no hay horas
que aniquilen,
la verdad.
Juego con los colores
que un dia fueron lejanos
y ausentes,
mi guitarra
se apresta a tocar,
la vieja melodia
del presente
y todos se van.
Ya no puedo llorar,
la música
captura mi esfuerzo
y en el hondo mar,
la felicidad
me invita a viajar
en sus ola inmensas,
donde solo encuentro
sensatez y realidad.
Aprendo a saber
que no hay nada
más feliz
que este hogar.