Entré sin hacer ruido
el corazón libraba su propia batalla
latido a latido,
las fuerzas me abandonaron
y el cuerpo cayó rendido,
pero la curiosidad incansable batalladora
sigió su eterno camino
y sin ser visto, asistí
a amores perdidos en la memoria
de los que por ellos estoy aquí,
también vi fantasmas llevando
mensajes de esperanza,
palabras precisas que al ser recordadas,
aún se clavan como lanzas,
y desde entonces continuo buscando
la frontera del deformado cristal,
que separa los sueños
de esta vida tan real...
el corazón libraba su propia batalla
latido a latido,
las fuerzas me abandonaron
y el cuerpo cayó rendido,
pero la curiosidad incansable batalladora
sigió su eterno camino
y sin ser visto, asistí
a amores perdidos en la memoria
de los que por ellos estoy aquí,
también vi fantasmas llevando
mensajes de esperanza,
palabras precisas que al ser recordadas,
aún se clavan como lanzas,
y desde entonces continuo buscando
la frontera del deformado cristal,
que separa los sueños
de esta vida tan real...