una espina de ternura
en tus ojos,
como un hoyo de paz
enquistado en tu ser,
en tus labios halle una puerta
de fuego y en tu cuello
encontré una razón
para amar,
en tus venas halle un rió
adusto que llevaba
mi pena y llore,
quedaste expuesta
a mis ansias lo juro
pero luego en silencio
pensé,
que tu alma no es paraíso
ni mi amor es un cielo,
que tu rostro es sombra
y el mio no se.