Pise mi propia huella
sobre un cielo enamorado
en los días de infancia
apegado al pudor
vestido de ensueños
vestido de ensueños
aspiraba mi boca
arrebol de geranios
y sonrisas en flor
mientras lo miraba
mientras lo miraba
y a ratos lo amaba
convertido en horizonte
juntaba recuerdos
comía deseos
lloraba de amor
y todos los días
y todos los días
a la misma hora
a prisa y silencio
con mi vista niña
lo miraba eterno
lleno de cariño
ausente de penas
grande en palpitar
y un día a la hora
de volver a verlo
rodeado de estrellas
me hizo pasar
abrasé a la luna
besé sus estrellas
me quede dormido
mecido por nubes
y al contar mi sueño
no volví jamás
ahora lo busco
ahora lo veo
pero no es el mismo
mi cielo dorado
se quedó dormido
en su triste final.