En tus manos adoloridas
por las caricias del tiempo,
encontradas al borde de la locura
a ellas encomiendo mi vida,
esperando tal vez compasión.
Te busqué en los mares
lejanos dibujados por el viento
y solo encontré el latido de tu ausencia,
no se si mi presencia
contribuyó a exacerbar los vientos,
aqueños que marcaron tu existencia.
No quiero seguir indagando por tu vida,
sabe Dios si te hicieron holocausto
repartido en alabanzas a tu engaño,
lo que si me acordé de ti
y no pude resistir tu ausencia ni tu encanto.