Mis manos viven en el mar
de tus encantos
y presiento en tus ojos
la venida de un sueño,
tus pechos perfectos
que van y vienen
como las olas de dulce agua,
mis manos resbalan hacia ti
y mis labios se prenden
en tu boca como abeja
libando la miel que derrama,
tus cabellos como ramas
incrustadas en mi piel
murmuran silabarios de mujer,
me extasio de tu olor
que viene a mi como hoja
sedienta de placer,
dejame vivir como ayer
cuando dormido
bebia el nectar de unos pechos
que prodigaban vida
y ahora prodigan placer,
quedate conmigo en un secreto
que solo guardaremos los dos,
dejame poner tus ojos a la luna
y caminar tras ella,
sere al fin el eterno caminante
que ira sembrando de estrellas
tu camino.
