Te diría tantas cosas a ti,
que tienes rostro pero no alma,
a ti o a él, ya no lo sé.
Ya ni siquiera sé si soy uno
o en qué momento dejé de serlo.
Si me hablo a mí o a quien.
Si la integridad moral
y ética es vana utopía,
deberían avisar.
Si ser amado y amar sin más,
hasta el infinito,
es entelequia, también.
Porque yo ya no sé
dónde está mi ser o con quien se fue,
si se me va la vida contigo,
o empieza en ti, o si la vida es ella…
¿Puede el amor ser tan caprichoso?
Deberían avisar de que el amor
no es más que un momento,
un momento disfrazado de eternidad,
que viene y va, pero nunca avisa…
Deberían avisar.