Tu paristes la luz de un nuevo dia,
fuistes la mañana dibujada sobre el viento
y tus manos de azucena,
fueron las caricias que marcaron mi vida.
Sortilegio de pasiones,
dulce eternidad de sueños matinales
mecieron ilusiones celestiales,
formando en mi pensamiento
la sòlida convicciòn del amor que te siento.
Seràs acaso la meta de mis deseos
o la desiciòn de mi obstinado tiempo,
pero sea lo que fuere estaràs adherida a mis venas
como compañera de mi sangre
y alegria que brota cuando tengo pena.