Yo he visto el mirador
más profundo de este mundo,
un mirador que no mira las estrellas
ni la luz de la luna,
ni las mañanas con sol,
es el mirador humano
y más perfecto de este mundo,
que se atreve a desnudarnos
y a los más perversos,
coronarlos de rubor
es un mirador hecho de sangre
y formado por tejidos muy perfectos,
es de todos el más abandonado
pero el que más refleja quienes somos,
es el mirador de millones
de niños de este mundo,
que trastoca nuestras almas
y al compás del alba
o de la noche,
nos retrata y nos muestra
como somos,
mientras el poder
de los señores a cada instante,
condena al hambre
y al abandono a mucha gente,
mientras los que gobiernan
cada vez más se entregan,
al bacanal sueño entreguista,
el mirador nos mira horrorizado
y va registrando a cada paso,
la infame cobardia del poder,
este mirador que nos registra
nos acompaña a donde vamos
y con el rostro lacerante,
sigue registrando nuestros yerros
nuestras traiciones,
nuestras penas
nuestros silencios cobardes
y nuestra poca fe
y seguirá mirando nuestros dolos
nuestras iniquidades
y la tragedia de este mundo
que se cree omnipotente
y que cada dia tiene más sed.