En una esquina cualquiera,
yo te vi suspirar,
no se si estabas llorando
pero de tus ojos brotaba una luz de miel,
tu cabello esparcido en el aire
parecia volar,
mientras tus manos encantadoras
rociaban la mañana de aromas
y tu fragil silueta,
vestida de recuerdos
hilaba las eternas horas,
aquellas cuando empapadas de aurora
hacian el rocio matinal,
añoro lo dulce de tu boca
cual panal de exquisita miel
y la magia de tu mirada
penetrante y muy dentro,
como un arco iris
que aùn siento,
me quebraba la voz
y me invitaba a soñar,
y aùn sueño con aquellos
vientos de junio,
recostados como besos
o como olas de mar,
sobre nuestras caricias
que parecian jugar.