Resignado pero firme.
Aplico a mi mismo
mis verdades de niño
y sigo caminando...
tal vez añorando el precipicio.
No interesa caer porque
sin querer te levantas.
Sigo el rumbo
maltratado del tiempo.
Ahora que la quietud
de las montañas
muestran sus colores dolidos
y las flores de los jardines
están cansadas de alegrar
y el verdor de los campos
me hace una señal.
Ahora que todas las cosas
permanecen igual,
sujeto mis recuerdos...
mis silencios y regreso
al fondo del mar.