Poco a poco se forma una ilusión,
de colores mortales y vacía como ilusión.
Estoy al borde de deprimir mis órganos más vitales
y no encuentro a cual salvaré.
Pienso y la verdad que no existo,
aún no me convence lo que quiero hacer.
Sinembargo se está alineando sobre mi frente,
una multitud de torpezas que nacen del pensamiento.
Yo no se si miento,
pero los exteriores me hacen al menos creer que estoy en lo cierto.
Y muero cada segundo y cada minuto vivo.
No tengo más placer que vagar por sombras,
por aquellas sombras de montañas increibles.
En mi criterio maltratado por el viento y por las soledades,
llevo atormentado todo un cuento,
que representa la irrefutable verdad de mis vivencias.
Ya no hay en lo profundo de mi ser,
ni espacio ni tiempo para admitir más secretos.
Todos mis secretos se esfumaron como se esfuman los vientos,
cuando levantan el vuelo y se van a alimentar cielos, mares y caricias
perdidas en los océanos donde moran los ancestros.
No existe sonrisa más agradable,
que aquella que nos coloca la muerte.
No habrá jamás más verdades que la ridiculés de la vida.
Ayer como hoy y mañana
