Por:Paco007.
Andube merodeando
la faz de la pena,
buscando las heridas
que la provocaron,
entrè decidido hasta su vientre
y encontrè ùnicamente,
un silencio cuasi culpable
al borde de la tristeza,
que desconsolado
al verme,
gritò desgarradoramente:
¡ aquì habita la verdadera vida !
¡ este es el camino de la muerte !
Pena evangèlica
que habita en los escombros
de nuestra vida,
que se esconde
en el silencio del tiempo
y sobrepasa distancias
y es la misma,
siempre sola
como arena de desierto,
como piedra anacoreta
que guarda la magia de los montes.
Pena universal,
que marca a cada rato
como huella indeleble,
los profundos sentimientos
de soledad y tristeza
de los hombres.
2 comentarios:
ESPECTACULAR!! H_
Muy interesante este poema, creo que nos hace meditar mucho sobre la verdadera vida nuestra. Besos Paquis siempre dandonos cosas buenas. LC.
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